La voz de una mujer wayuu, en San Diego California.
Por: Zulma Rodríguez
Las voces de las mujeres wayuu en la Guajira muchas veces se confunden con el llanto frente a una hamaca cubierta por una sábana blanca que oculta el cuerpo sin vida de uno de sus hijos, sobrinos o nietos. Pensar desde el territorio en los casos de inequidad o violencia contra la mujer y en especial, contra la mujer wayuu, a veces se convierte en una tarea difícil cuando el día a día las obliga a mantener con vida a sus hijos, a su familia y a ellas mismas.
Sin embargo, las mujeres wayuu han comenzado a hablar, a preguntarse, a tejer la palabra y a contar sus historias que en ocasiones están llenas de dolor, de violencia, racismo y discriminación y que se traslapan de territorio a territorio, compartiendo no solo una misma identidad indígena, sino el mismo dolor aún sin conocerse.
Las preguntas que se hacen ellas bajo el calor de las rancherías en La Guajira Colombiana, son las mismas preguntas que se hacen sus pares en La Guajira Venezolana y sus similitudes, son compartidas a través de las voces de aquellas que ven la importancia de dar a conocer sus frustraciones, sus dolores y su lucha.
Lo que no es sorprendente y como lo hemos venido evidenciando en la implementación de la Sentencia T302, los efectos que tiene la vulneración masiva y generalizada de derechos, en especial sobre la mujer wayuu, exacerba la inequidad, y la violencia de género y otros tipos de violencias “ La mujer wayuu se enfrenta a la pobreza multidimensional , a la falta de servicios básicos de calidad, la falta de agua que afecta directamente a las mujeres indígenas en el territorio, por acceso a la higiene menstrual. Otro de los desafíos que enfrentan es lo lejos que se encuentran los centros médicos en los territorios y la falta de carreteras aptas para que puedan movilizar transporte para llevar a las mujeres que tengan una emergencia”
Sin embargo, y a pesar del panorama desolador que fue evidenciado en este documento, una de las soluciones podría estar en la efectiva implementación de las políticas públicas con énfasis en las mujeres indígenas como lo afirma Dayana: “ La situación de las mujeres wayuu pueden cambiar por acción de los estados, de leyes que reconozcan los derechos que reconozcan al pueblo wayuu como transfronterizo, su derechos a ejercer actividades económicas en el marco de la legalidad y tener sus sistemas educativos y de seguridad” “ Eso se lograría garantizando agua potable, servicios básicos como electricidad , en un territorio con proyectos de parques eólicos, servicios de salud, construcción de carreteras” Creo que eso ayudaría a disminuir los niveles de marginalización, tal como lo establece la sentencia T 302 de 2017 en Colombia”.
Este tipo de espacios educativos y de charlas en las academias no solo permiten hacer visible el problema de desigualdad que existe con las comunidades indígenas en nuestro territorio, sino que sirve de enlace y construcción de posibles alianzas que permitan la construcción de redes de apoyo, vigilancia y educación: “desde las plataformas educativas, creo que es importante que a partir de estas investigaciones se haga un reconocimiento que dentro de los pueblos indígenas existe conocimiento también , y conocimiento intergeneracional y conocimiento antiguo y eso se deriva de la forma como el pueblo wayuu se relaciona con su entorno y esto tiene una cabida importante en el contexto del cambio climático en el que estamos ahorita y el pueblo wayuu tiene una noción de entender el viento por ejemplo, de entender a la naturaleza , que indica como se mueve el wayuu en su territorio. Creo que en el mundo de hoy, en donde la fugacidad es lo normal, ayudaría a pensar en la existencia propia y puede ayudar y promover un cuidado mejor de la vida. Del pueblo wayuu tenemos mucho que aprender y es importante que se abran estos espacio para entender que esas formas de relacionamiento y buscar soluciones que se alinean a sus pensamientos, a sus sistemas económicos, a sus sistemas alimentarios y a sus sistemas culturales.”
La presencia de una mujer wayuu en lugares académicos, en los lugares de toma de decisiones, se debe masificar, porque el empoderamiento de las mujeres está en el origen y en poder preservar desde su profesión la herencia que se lleva en su espíritu, tal como lo hace esta wayuu: “para mi ser wayuu es ser heredera de todas las tradiciones culturales y el conocimiento espiritual y ancestral de mi mamá y abuela y de todas las generaciones que me antecedieron. Por eso para mi ser wayuu es estar en el mundo de una forma diferente, porque como familias indígenas tenemos una visión colectiva del cuidado, que abarca a todos los familiares y como nos relacionamos con el mundo, con el territorio , con los ancestros y la forma como entendemos los sueños y de los mensajes que dan a través d ellos sueños y cómo nos relacionamos con otros , los humanos y los no humanos”.